Oraciones
de cada dia para los
pequeños de la tierra
Jesús, amigo de los pequeños,
te agradezco porque
has encendido en el corazón
de la pequeña Teresa
un amor grande como el de
los apóstoles y el de los misioneros.
Te pido de repetir
en cada niño y niña
el milagro de este amor
que lleva a Dios y que salva el mundo.
Llena cada joven vida
de viva fe,
de amor sincero,
de esperanza luminosa.
Haznos misioneros como la pequeña Teresa:
también nosotros queremos hablar de Ti
a tantos niños que no te conocen.
Mientras tanto nos comprometemos a amarlos
como los amas tu. Amén
de cada dia para los
pequeños de la tierra
Jesús, amigo de los pequeños,
te agradezco porque
has encendido en el corazón
de la pequeña Teresa
un amor grande como el de
los apóstoles y el de los misioneros.
Te pido de repetir
en cada niño y niña
el milagro de este amor
que lleva a Dios y que salva el mundo.
Llena cada joven vida
de viva fe,
de amor sincero,
de esperanza luminosa.
Haznos misioneros como la pequeña Teresa:
también nosotros queremos hablar de Ti
a tantos niños que no te conocen.
Mientras tanto nos comprometemos a amarlos
como los amas tu. Amén
Obra Pontificia de la Santa Infancia Textos: Mariateresa Crescini Dibujos: Sergio De Simone
NIÑOS AYUDANDO A LOS NIÑOS
NIÑOS AYUDANDO A LOS NIÑOS
La Iglesia tiene confianza en los niños y les pide la oración, el sacrificio, los gestos de solidaridad
para que todos los niños del mundo tengan la Vida. En la primera mitad del 1800 los Misioneros de China pedían ayuda al Obispo de Nancy para salvar a los niños. Las familias eran pobres y los niños, recién nacidos, con frecuencia venían eliminados, sin recibir siquiera la gracia del Bautismo.
En 1843 Mons. Charles de Forbin-Janson pidió a los niños franceses de ayudarlo a salvar los niños de China.
Como primer empeño el obispo pidió a los niños “Un Ave María al día”. Desde entonces los niños están asociados a la acción evangelizadora de la Iglesia, rezando por los niños del mundo y los ponen en la luz de la salvación realizada por Jesús.
para que todos los niños del mundo tengan la Vida. En la primera mitad del 1800 los Misioneros de China pedían ayuda al Obispo de Nancy para salvar a los niños. Las familias eran pobres y los niños, recién nacidos, con frecuencia venían eliminados, sin recibir siquiera la gracia del Bautismo.
En 1843 Mons. Charles de Forbin-Janson pidió a los niños franceses de ayudarlo a salvar los niños de China.
Como primer empeño el obispo pidió a los niños “Un Ave María al día”. Desde entonces los niños están asociados a la acción evangelizadora de la Iglesia, rezando por los niños del mundo y los ponen en la luz de la salvación realizada por Jesús.
P. Patricio Byrne, SVD
Secretario General
Secretario General
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