Intentan quemar con gasolina una iglesia de Majadahonda en plena misa
Sólo un susto. Pero vaya susto. Siete artefactos incendiarios de fabricación casera fueron requisados el lunes por los Tedax después de que fueran hallados el domingo en la parroquia provisional de Santa Genoveva Torres, en Majadahonda. No ocurrió nada, pero pudo ser una tragedia.
«Había unas 500 personas en la iglesia», relata, tranquilo, el párroco David Benítez. «Pudo ser muy grave, porque esta es una parroquia con muchas familias jóvenes. Si se hubiese quemado la iglesia, habría matado a muchos niños», dice el sacerdote. «Es un atentado contra la libertad de la Eucaristía», sentencia.
Todo ocurrió durante la celebración de la misa dominical de las 11.30, cuando "un fuerte olor a gasolina" alertó al sacerdote, aunque los feligreses parecieron no advertirlo.
Tras el oficio, Benítez decidió inspeccionar el edificio junto con algunos de los presentes. Entonces encontró los artefactos en el techo, en los conductos de ventilación, «al parecer con la intención de quemar la iglesia», narra el sacerdote, que además presenta el suceso en la página web de la parroquia.
Los artefactos, botellas de dos litros rellenas de gasolina y conectadas con una mecha, fueron colocados en la madrugada del sábado al domingo en el conducto de ventilación de esta iglesia. La pequeña mecha, fabricada con trapo, parece que falló y afortunadamente no cumplió su cometido.
"Estaban colocados para hacer daño, la idea era quemar el templo. Es un prefabricado y es fácil que arda", ha declarado Benítez. Fue durante la misa de las 11.30 cuando, después de activar el sistema de aire acondicionado, el sacerdote empezó a detectar un fuerte olor a gasolina. "Al acabar la celebración me puse a buscar con algún feligrés y descubrí, conectados al sistema de aire acondicionado que está en el tejado, a cuatro metros de altura, una especie de botellas con algo que salía de ellas", relata Benítez.
Sin amenazas previas
Ante la posibilidad de que existiera alguna sospecha de la autoría, el sacerdote ha negado que se hubieran producido amenazas previas a este intento de ataque, salvo algún "insulto" o "rotura de flores" del jardín. "Es la primera vez, no había visto esto nunca, ni yo personalmente he recibido amenazas. Estamos en Majadahonda, que es un sitio tranquilo. La zona donde está la parroquia es de futura urbanización, muy aislada y muy poco transitada por las noches", ha informado.
Sin embargo, algunos vecinos consultados por ABC.es relatan que en alguna ocasión han tenido roces con él. «Nada justifica un ataque de estas características, pero es cierto que él no se hace simpático», cuentan personas del entorno de la iglesia.
Pero David no alberga ninguna sospecha. «Eso está en manos de la Guardia Civil», relata a ABC.es. Confiesa que en la última procesión del Corpus hubo algún altercado, pero nada grave ni personal: «Nos llamaron fascistas, inquisidores, pusieron la Internacional Socialista... Pero es que hasta en la Feria del Libro me han increpado», denuncia. Pero el sacerdote presume, mientras ríe, de que su iglesia «está de moda». Prueba de ellos es que el domingo casi 500 personas abarrotaban el lugar, entre ellas muchos niños. «Habría sido grave».
La misa, en el aparcamiento
Benítez, tras hallar las botellas, inmediatamente informó del hallazgo a la Policía Local, quien a su vez se puso en contacto con la Guardia Civil. "Me dijeron 'Padre, tiene usted que desalojar la iglesia, no puede celebrar misa dentro porque esto es más serio de lo que parece'. Llegaron los Tedax, vieron los explosivos y se llevaron muestras", ha añadido. Agentes de la Guardia Civil encontraron en las proximidades los bidones en los que fue transportada la gasolina.
Hasta el desalojo, el sacerdote majariego ofició las misas de 10 y de 11.30 del domingo, con la presencia de "más de 500 personas metidas dentro del templo con eso ahí encima". Tras pedir permiso a la Guardia Civil, el oficio religioso de las 13.00 fue celebrado en el aparcamiento del exterior.
«Fue muy emocionante», recuerda. «Era a pleno sol. Pero no se fue nadie. Me impresionaron algunas palabras, como que ahora tenían más motivos para quedarse». Con tales muestras de apoyo y cariño, Benítez asegura que no tiene ningún miedo. «La función de la Iglesia a lo largo de los siglos ha sido esa, seguir al pie del cañón, no achantarnos con los violentos». Y compara la nimiedad de su caso con el de otros países donde los cristianos son asesinados.
Condena del acto
Desde el Observatorio Antidifamación Religiosa, su presidente, Antonio Alonso, ha denunciado este hecho "deleznable y odioso", por suponer "un ataque consumado" a un templo católico y por la intentona de "asesinar a familias que cometían el error de asistir pacíficamente a su culto dominical".
Tanto el alcalde majariego, Narciso de Foxá, como el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, se pusieron en contacto con el párroco de la iglesia de Santa Genoveva Torres para transmitirle todo su apoyo y solidaridad. La Guardia Civil de Majadahonda se ha hecho cargo de las investigaciones.
http://www.abc.es/20090713/nacional-madrid/intentan-quemar-iglesia-majadahonda-200907131717.html
«Había unas 500 personas en la iglesia», relata, tranquilo, el párroco David Benítez. «Pudo ser muy grave, porque esta es una parroquia con muchas familias jóvenes. Si se hubiese quemado la iglesia, habría matado a muchos niños», dice el sacerdote. «Es un atentado contra la libertad de la Eucaristía», sentencia.
Todo ocurrió durante la celebración de la misa dominical de las 11.30, cuando "un fuerte olor a gasolina" alertó al sacerdote, aunque los feligreses parecieron no advertirlo.
Tras el oficio, Benítez decidió inspeccionar el edificio junto con algunos de los presentes. Entonces encontró los artefactos en el techo, en los conductos de ventilación, «al parecer con la intención de quemar la iglesia», narra el sacerdote, que además presenta el suceso en la página web de la parroquia.
Los artefactos, botellas de dos litros rellenas de gasolina y conectadas con una mecha, fueron colocados en la madrugada del sábado al domingo en el conducto de ventilación de esta iglesia. La pequeña mecha, fabricada con trapo, parece que falló y afortunadamente no cumplió su cometido.
"Estaban colocados para hacer daño, la idea era quemar el templo. Es un prefabricado y es fácil que arda", ha declarado Benítez. Fue durante la misa de las 11.30 cuando, después de activar el sistema de aire acondicionado, el sacerdote empezó a detectar un fuerte olor a gasolina. "Al acabar la celebración me puse a buscar con algún feligrés y descubrí, conectados al sistema de aire acondicionado que está en el tejado, a cuatro metros de altura, una especie de botellas con algo que salía de ellas", relata Benítez.
Sin amenazas previas
Ante la posibilidad de que existiera alguna sospecha de la autoría, el sacerdote ha negado que se hubieran producido amenazas previas a este intento de ataque, salvo algún "insulto" o "rotura de flores" del jardín. "Es la primera vez, no había visto esto nunca, ni yo personalmente he recibido amenazas. Estamos en Majadahonda, que es un sitio tranquilo. La zona donde está la parroquia es de futura urbanización, muy aislada y muy poco transitada por las noches", ha informado.
Sin embargo, algunos vecinos consultados por ABC.es relatan que en alguna ocasión han tenido roces con él. «Nada justifica un ataque de estas características, pero es cierto que él no se hace simpático», cuentan personas del entorno de la iglesia.
Pero David no alberga ninguna sospecha. «Eso está en manos de la Guardia Civil», relata a ABC.es. Confiesa que en la última procesión del Corpus hubo algún altercado, pero nada grave ni personal: «Nos llamaron fascistas, inquisidores, pusieron la Internacional Socialista... Pero es que hasta en la Feria del Libro me han increpado», denuncia. Pero el sacerdote presume, mientras ríe, de que su iglesia «está de moda». Prueba de ellos es que el domingo casi 500 personas abarrotaban el lugar, entre ellas muchos niños. «Habría sido grave».
La misa, en el aparcamiento
Benítez, tras hallar las botellas, inmediatamente informó del hallazgo a la Policía Local, quien a su vez se puso en contacto con la Guardia Civil. "Me dijeron 'Padre, tiene usted que desalojar la iglesia, no puede celebrar misa dentro porque esto es más serio de lo que parece'. Llegaron los Tedax, vieron los explosivos y se llevaron muestras", ha añadido. Agentes de la Guardia Civil encontraron en las proximidades los bidones en los que fue transportada la gasolina.
Hasta el desalojo, el sacerdote majariego ofició las misas de 10 y de 11.30 del domingo, con la presencia de "más de 500 personas metidas dentro del templo con eso ahí encima". Tras pedir permiso a la Guardia Civil, el oficio religioso de las 13.00 fue celebrado en el aparcamiento del exterior.
«Fue muy emocionante», recuerda. «Era a pleno sol. Pero no se fue nadie. Me impresionaron algunas palabras, como que ahora tenían más motivos para quedarse». Con tales muestras de apoyo y cariño, Benítez asegura que no tiene ningún miedo. «La función de la Iglesia a lo largo de los siglos ha sido esa, seguir al pie del cañón, no achantarnos con los violentos». Y compara la nimiedad de su caso con el de otros países donde los cristianos son asesinados.
Condena del acto
Desde el Observatorio Antidifamación Religiosa, su presidente, Antonio Alonso, ha denunciado este hecho "deleznable y odioso", por suponer "un ataque consumado" a un templo católico y por la intentona de "asesinar a familias que cometían el error de asistir pacíficamente a su culto dominical".
Tanto el alcalde majariego, Narciso de Foxá, como el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, se pusieron en contacto con el párroco de la iglesia de Santa Genoveva Torres para transmitirle todo su apoyo y solidaridad. La Guardia Civil de Majadahonda se ha hecho cargo de las investigaciones.
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